¿Cuál es la normativa de ruido en Andorra?

por | 23 Oct 2025 | Curiosidades

El control del ruido es un tema importante en Andorra, donde el bienestar de los ciudadanos y la protección del entorno natural son prioridades. Para mantener un equilibrio entre la actividad económica, el descanso y la convivencia, el país cuenta con una normativa específica de control acústico que regula los niveles máximos de ruido permitidos y establece sanciones en caso de incumplimiento.

En este artículo te explicamos de forma clara y actualizada cuáles son las principales leyes, límites horarios y medidas que aplican en el Principado de Andorra en materia de contaminación sonora.

Marco legal del control de ruido en Andorra

La regulación del ruido en Andorra se basa en varias normas y decretos emitidos por el Govern d’Andorra. El objetivo es prevenir y reducir los niveles de contaminación acústica generados por actividades industriales, comerciales, de ocio o de transporte.

Las principales normas son:

  • Llei sobre la contaminació atmosfèrica i els sorolls: esta ley establece las bases del control del ruido en el país y define los conceptos de contaminación sonora, niveles admisibles y competencias de las autoridades locales.
  • Reglament del control de la contaminació acústica: aprobado a mediados de los años noventa y actualizado en varias ocasiones, este reglamento detalla los límites de ruido permitidos, los métodos de medición y los procedimientos de control.
  • Decret de modificació i actualització dels annexos acústics: en sus versiones más recientes, este decreto adapta los valores y procedimientos a las nuevas realidades urbanas, al desarrollo turístico y a la evolución tecnológica.

Estas normas se aplican en todo el territorio andorrano y cada comú (ayuntamiento) puede complementarlas con ordenanzas locales específicas, especialmente en lo relativo a actividades comerciales, terrazas, obras o eventos públicos.

Objetivo de la normativa acústica

El propósito de la normativa de ruido en Andorra es doble. Por un lado, busca proteger la salud de las personas, ya que la exposición prolongada a sonidos intensos puede causar estrés, alteraciones del sueño o pérdida auditiva. Por otro lado, pretende preservar la tranquilidad ambiental, un elemento esencial del atractivo turístico y de la calidad de vida en el país.

La legislación distingue entre diferentes tipos de ruido: el ambiental (producido por el tráfico o la actividad humana en general), el industrial, el de ocio y el ocasional, como los derivados de obras o celebraciones.

Niveles máximos de ruido permitidos

Los límites de ruido permitidos varían en función de la zona y del momento del día. Se establecen valores distintos para entornos industriales, urbanos y residenciales, tanto en exteriores como en interiores.

Valores generales orientativos

  • Zonas industriales: hasta 65 decibelios (dBA) durante el día y 55 dBA durante la noche.
  • Zonas urbanas: 55 dBA de día y 45 dBA de noche.
  • Zonas residenciales y rurales: 50 dBA de día y 40 dBA de noche.
  • Interiores de viviendas: no deben superar los 35 dBA de día ni los 30 dBA de noche.

Estos valores sirven como referencia general y pueden variar ligeramente según el tipo de actividad o el municipio. Los niveles se miden con equipos homologados, y las inspecciones son responsabilidad de los departamentos de medio ambiente o de los comuns.

Horarios de ruido y descanso

La normativa distingue entre dos franjas horarias principales:

  • Horario diurno: de 7:00 a 22:00 horas.
  • Horario nocturno: de 22:00 a 7:00 horas.

Durante el horario nocturno, los límites de ruido se reducen significativamente para garantizar el descanso de los vecinos. En estas horas está prohibido realizar actividades que generen un nivel de sonido superior al permitido, como obras, uso de maquinaria ruidosa, música alta o carga y descarga de mercancías.

Excepciones y permisos especiales

En algunos casos, se pueden autorizar excepciones temporales, como fiestas patronales, eventos culturales o trabajos urgentes. Estos permisos deben solicitarse previamente al comú correspondiente, justificando la necesidad y adoptando medidas para minimizar las molestias.

Medición y control del ruido

El control del ruido en Andorra se lleva a cabo mediante mediciones sonométricas. Los técnicos utilizan equipos calibrados que registran los niveles de presión sonora en decibelios (dBA) en puntos concretos y en horarios representativos.

Los controles pueden realizarse por denuncia vecinal, por inspección rutinaria o a solicitud de las autoridades locales. Cuando se detectan valores superiores a los límites establecidos, se inicia un procedimiento sancionador.

Infracciones y sanciones

Las infracciones en materia de ruido pueden clasificarse como leves, graves o muy graves, dependiendo de la intensidad del ruido, la duración, la reincidencia y los perjuicios ocasionados.

  • Infracciones leves: pequeños excesos puntuales de ruido o incumplimientos menores de horarios. Pueden acarrear amonestaciones o multas reducidas.
  • Infracciones graves: niveles de ruido que superan significativamente los límites o que se producen en horario nocturno de forma reiterada. Conllevan sanciones económicas más elevadas.
  • Infracciones muy graves: actividades que generan contaminación acústica continuada, sin medidas de corrección o con impacto sobre la salud pública. En estos casos se pueden imponer multas altas e incluso la suspensión temporal de la actividad.

Las sanciones pueden variar según el municipio, pero el principio general es que quien provoca el ruido es responsable de tomar las medidas necesarias para reducirlo o eliminarlo.

Ruido en locales comerciales y de ocio

Los establecimientos que reproducen música, como bares, pubs o discotecas, deben contar con un aislamiento acústico adecuado y cumplir con los límites sonoros tanto en el interior como en el exterior del local. Las mediciones se realizan desde el punto más cercano al receptor, normalmente la fachada o la vivienda colindante.

Si se supera el nivel permitido, las autoridades pueden exigir la instalación de limitadores de sonido, reforzar el aislamiento o, en casos de incumplimiento reiterado, suspender la licencia temporalmente.

Ruido en obras y actividades industriales

Las obras de construcción, mantenimiento o reparación son una fuente habitual de ruido. Por eso, la normativa obliga a limitar los horarios de trabajo ruidoso y a utilizar maquinaria con silenciadores o sistemas de reducción acústica.

Generalmente, las obras solo están permitidas en horario diurno, y los trabajos nocturnos requieren autorización expresa. En zonas urbanas y residenciales, los comuns suelen establecer franjas más estrictas para proteger el descanso de los vecinos.

Ruido de tráfico y medidas ambientales

El tráfico rodado es una de las principales causas de contaminación acústica en Andorra. Para reducirlo, las autoridades aplican medidas como:

  • mejoras en la pavimentación y mantenimiento de carreteras,
  • limitaciones de velocidad en áreas residenciales,
  • promoción del transporte público y de la movilidad eléctrica,
  • instalación de pantallas acústicas en zonas de alta circulación.

Estas políticas buscan equilibrar la movilidad con el bienestar de los ciudadanos y mantener un entorno sonoro saludable.

Responsabilidad de los ciudadanos

Además de las normas legales, la convivencia depende del respeto y la colaboración de todos. La normativa andorrana hace hincapié en la responsabilidad individual de los ciudadanos, recordando que el ruido no solo es una molestia, sino un factor que puede afectar a la salud y al descanso de los demás.

Por ello, se recomienda moderar el volumen de música en casa, evitar ruidos innecesarios en horas de descanso y respetar las señales acústicas y los horarios establecidos en cada parroquia.

Conclusión

La normativa de ruido en Andorra busca garantizar una convivencia armónica y proteger tanto la salud de las personas como el entorno natural. Con límites claros, controles periódicos y sanciones en caso de incumplimiento, el país mantiene un equilibrio entre desarrollo, turismo y bienestar ciudadano. Cumplir con las normas de ruido no solo evita sanciones, sino que contribuye a preservar la tranquilidad que caracteriza a Andorra como uno de los lugares más seguros y agradables de Europa.

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