Andorra, ese pequeño pero poderoso país en medio de los Pirineos, sigue consolidándose como uno de los destinos preferidos en Europa para quienes buscan una residencia con ventajas fiscales, calidad de vida y estabilidad. Ya sea que estés interesado en mudarte para trabajar, emprender, invertir o simplemente disfrutar de una vida tranquila sin obligaciones laborales, es fundamental que entiendas las diferencias entre residencia activa y residencia pasiva en Andorra.
Ambos regímenes ofrecen beneficios significativos, pero están diseñados para perfiles muy distintos. En esta guía te explicamos sus características, requisitos, ventajas y limitaciones para que elijas la opción que mejor se adapta a tu estilo de vida y objetivos personales.
¿Qué es la residencia en Andorra?
Antes de entrar en las diferencias, conviene aclarar que obtener la residencia en Andorra implica convertirse en residente legal del país, con derecho a vivir allí de forma estable. Sin embargo, hay varios tipos de residencia, y se dividen principalmente en dos categorías:
- Residencia activa: pensada para personas que viven y trabajan en Andorra.
- Residencia pasiva: orientada a personas que desean residir sin ejercer actividad laboral local.
¿Qué es la residencia activa en Andorra?
La residencia activa es la opción adecuada para quienes desean desarrollar una actividad económica o profesional en Andorra, ya sea por cuenta ajena (empleados) o por cuenta propia (empresarios y autónomos).
Tipos de residencia activa:
- Por cuenta ajena: trabajando para una empresa andorrana.
- Por cuenta propia: creando o gestionando una empresa dentro del país.
- Para profesionales liberales: en sectores regulados como medicina, derecho, arquitectura, etc.
Requisitos básicos:
- Vivir en Andorra más de 183 días al año.
- Domicilio legal (alquiler o compra de vivienda).
- Afiliación a la CASS (seguridad social andorrana).
- Permiso laboral (en el caso de empleados).
Procedimiento:
- Obtener un contrato de trabajo o constituir una empresa.
- Presentar la documentación requerida (pasaporte, antecedentes penales, certificado médico, etc.).
- Registrarse en la CASS y el padrón municipal.
- Obtener la tarjeta de residencia válida por un año (renovable).
¿Qué es la residencia pasiva en Andorra?
La residencia pasiva está dirigida a personas que desean vivir en Andorra sin realizar actividad económica dentro del país. Es ideal para inversores, personas con patrimonio, rentistas, jubilados o profesionales internacionales que generan ingresos fuera de Andorra.
Tipos de residencia pasiva:
- Residencia pasiva general: no lucrativa, sin actividad laboral.
- Profesionales internacionales: que trabajan fuera de Andorra.
- Personas con prestigio internacional: artistas, deportistas, científicos destacados.
Requisitos generales:
- Residencia mínima de 90 días al año en Andorra.
- No realizar actividad profesional en Andorra (salvo si es internacional).
- Inversión mínima de 600.000 € en activos andorranos.
- Depósito en la AFA: 47.500 € + 9.500 € por cada dependiente.
- Contratar un seguro médico privado válido en el país.
Comparativa: residencia activa vs pasiva
Aspecto | Residencia Activa | Residencia Pasiva |
---|---|---|
Actividad laboral en Andorra | Permitida | No permitida (salvo internacional) |
Días mínimos en Andorra | Más de 183 días | 90 días al año |
Cotización a la seguridad social (CASS) | Obligatoria | No aplica (seguro médico privado requerido) |
Depósito financiero | 50.000 € (en algunos casos) | 47.500 € + 9.500 € por dependiente |
Inversión obligatoria | No requerida | 600.000 € en activos andorranos |
Renovación | 1 año (luego 2+2+10 años) | Igual: 1+2+2+10 años |
Orientado a | Trabajadores, empresarios, autónomos | Inversores, rentistas, jubilados |
¿Cuál me conviene más?
Depende de tu perfil:
- Si planeas trabajar, emprender o abrir una empresa en Andorra, la residencia activa es la adecuada.
- Si quieres vivir en Andorra y tienes ingresos externos o patrimonio suficiente, la residencia pasiva es ideal.
Consejo: consulta siempre con un asesor fiscal y legal especializado en Andorra antes de iniciar cualquier trámite.
Conclusión
Andorra ofrece dos caminos claros para quienes desean vivir en este país: la residencia activa, enfocada en la vida laboral y empresarial, y la pasiva, pensada para quienes quieren disfrutar de los beneficios fiscales y de calidad de vida sin necesidad de trabajar allí. Ambas opciones tienen requisitos y ventajas distintas, pero comparten un beneficio común: vivir en uno de los países más seguros, estables y fiscalmente atractivos de Europa.
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